A mediados de 2012, el INCOSE; en conjunto con algunas de sus empresas asociadas (Isover, Barbieri y Ega-mold); tomaron la decisión de acompañar institucional y económicamente la realización del Concurso de Vivienda Sustentable Accesible; cuyos Institutos promotores eran el Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat de la Universidad Nacional de San Juan, el Instituto de Arquitectura Sustentable del Colegio de Arquitectos de Córdoba, el Laboratorio de Arquitectura y Hábitat Sustentable de la Universidad Nacional de La Plata, el Laboratorio de Ambiente Humano y Vivienda – Conicet – del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales de Mendoza y el Centro de Investigación Hábitat y Energía de la FADU – UBA.
Al mismo tiempo, el INCOSE a través de la Arq. Alejandra Núñez Berté, las empresas Barbieri y Ega-mold a través del Ing. Francisco Pedrazzi, y la firma Isover a través de la Arq. Silvina López Planté, participaron como jurados.
Si bien el concurso no proponía como condición excluyente la utilización de sistemas de construcción en seco, entendimos que era un marco adecuado y oportuno para promover y alentar la utilización de estas tecnologías constructivas.
Desde el momento en que asumimos el compromiso de acompañar el concurso, el INCOSE y las empresas antes mencionadas aportamos sin costo alguno para los organizadores una gran cantidad de herramientas técnicas; como detalles constructivos, guías de cálculo estructural, plataformas para cálculos térmicos, y un curso gratuito on line sobre Introducción al Sistema Constructivo Steel Framing; que se dictara gracias al apoyo del IAS durante el mes de junio.
Si bien hemos tomado esta iniciativa con gran entusiasmo, hoy nos vemos en la necesidad de declinar nuestro auspicio. Motiva esta decisión una serie de anomalías que no guardan relación alguna con la propuesta inicial que nos hicieran los organizadores del mencionado concurso al momento de buscar nuestro apoyo.
En principio, consideramos que el concurso debió declararse desierto, puesto que ninguno de los trabajos presentados cumplía con lo estipulado en las bases; ya sea en relación al cumplimiento de normas de acondicionamiento térmico, ahorro de energía, etiquetado energético, o aislamiento acústico; como así también con aquellas normas y reglamentaciones vinculadas al cálculo estructural.
Las observaciones que se le hacen al proyecto ganador, a nuestro entender, lo convierten en un proyecto que no cumple con lo mínimo requerido, de ahí nuestro voto en disidencia con la mayoría. Nuestra posición quedó plasmada como “Observaciones” en el dictamen final que los organizadores publicaran el día 20 de diciembre, y que invitamos a leer en este enlace.
Por otra parte, el incumplimiento de las fechas estipuladas en las bases para la pronunciación del dictamen final, la imprecisión en la recepción de los trabajos, y las modificaciones sobre la marcha en relación a los alcances del concurso, ha generado; no solo un entendible malestar entre los participantes; sino nuestra disconformidad con los organizadores de esta actividad.
Por todo lo expuesto, creemos que la importancia de alentar la arquitectura sustentable en un concurso no debe desligarse nunca de cuestiones fundamentales como lo son la utilización de materiales normalizados, el cumplimiento de normas de aplicación obligatoria, o de la necesidad de ajustarse a un cálculo estructural preciso que propicie la futura materialización del proyecto; más aún cuando los participantes pertenecen al ámbito profesional y teniendo además en cuenta que el cumplimiento de estos requisitos se encontraba perfectamente indicado en las bases del concurso.
Independientemente de que el Concurso de Vivienda Sustentable Accesible no ha sido una experiencia satisfactoria, estamos convencidos de seguir impulsando tecnologías sustentables y el ahorro y la eficiencia energética de las construcciones, y seguiremos trabajando para aportar más y mejores herramientas que les permitan a los profesionales pensar en una arquitectura comprometida con el medio ambiente.